1Q84

1Q84, de Haruki Murakami

Haruki Murakami vuelve a la palestra del panorama literario español con su novela: 1Q84, su último trabajo publicado hasta la fecha, lo que es un claro ejemplo de la importancia editorial que ha adquirido el escritor japonés en nuestro país durante la pasada década. 1Q84 se ha traducido al español antes que a otros muchos idiomas —como el inglés—, por lo que tenemos el privilegio de ser de los primeros, aparte de sus paisanos japoneses, en leerla. La historia está dividida en tres libros y este volumen incluye dos de ellos, publicándose de la misma manera que en el país del sol naciente: dos libros de golpe y un tercero con el desenlace de la historia más adelante. Con un título que hace alusión directa al clásico indiscutible de George Orwell, 1984, Murakami nos vuelve a llevar a su terreno, a esa delgada línea que separa la realidad de la ficción.

La acción transcurre en el año 1984 y el peso del relato recae en los hombros de dos personajes principales: Tengo, un licenciado en matemáticas que da clases tres días a la semana en una academia y en su tiempo libre se dedica a escribir libros que nunca le han llegado a publicar; y Aomane, una instructora de gimnasio a la que, cada cierto tiempo, encargan la truculenta tarea de asesinar a algunos hombres, lo que viene a ser una asesina a sueldo. Komatsu, el editor de Tengo, le encarga a este reescribir un relato corto de fantasía escrito por Fukaeri, una misteriosa niña de diecisiete años que ha presentado el texto a un concurso literario. La crisálida del aire, que es como se llama, gana el concurso y se convierte en un exitoso best-seller cuyo contenido puede que no se aleje tanto de la realidad como Tengo pensaba. Por otro lado, Aomane empieza a notar como el mundo a su alrededor ha cambiado sutilmente: de camino a cumplir con uno de sus encargos, se ve obligada a bajarse de un taxi en un atasco en medio de una autopista y al salir por las escaleras de emergencia empieza a notar pequeños cambios que le harán plantearse si el mundo en el que se encuentra es el mismo que cuando subió al taxi, plantearse si no se encuentra en una realidad tergiversada, en 1Q84.

 Cometí un error con 1Q84: leerme la primera página. Puede parece el típico argumento absurdo, yo mismo me he reído de cosas así cuando se lo he escuchado decir a otras personas: «Es que te lees la primera página y no puedes parar». Verídico. Era algo que había experimentado en menor medida con los otros libros del autor que he leído: Tokio Blues, una melancólica historia de pérdida y personajes aislados; y After Dark, una narración onírica de una noche cualquiera en la ciudad de Tokio. En ambos textos, aunque podría decirse que cubren los dos extremos del estilo narrativo de Murakami, los personajes son el eje de la narración: sus miedos, sus anhelos, sus problemas y sus enfermedades; parecen estar ahí como hilo conductor de una trama en la que los acontecimientos quedan en un segundo plano. 1Q84 no es menos y va mucho más allá en términos de desarrollo de los personajes protagonistas. Como si fueran las capas de una cebolla, Murakami nos desvela muy lentamente el pasado de Tengo y el de Aomane, un pasado que guarda una importancia crucial y más de una sorpresa para el futuro de ambos.

En esta ocasión, Murakami nos lo pone muy fácil: cada uno de los dos libros de este volumen está dividido en veinticuatro capítulos en los que se alternan los puntos de vista de cada uno de los protagonistas, lo que permite al autor dejarnos con la miel en los labios entre capítulo y capítulo en más de una ocasión. 1Q84 baila entre dos mundos. Nos encontramos con dos personajes, un hombre y una mujer, que tienen dos trabajos completamente opuestos: un profesor de ciencias que se dedica a las letras en su tiempo libre; y una instructora de gimnasio que se dedica a matar por dinero. Tengo crea, Aomane destruye. La misma organización religiosa que se convertirá en uno de los ejes fundamentales del relato también se ve dividida en dos corrientes de pensamiento, una más conciliadora y otra más radical; y acabarán escindiendose una de la otra. Los conceptos de perceiver y receiver que introduce Murakami también son opuestos que se complementan, y descubriremos que hasta  la crisálida del aire a la que se hace alusión en el relato de Fukaeri tiene relación con esta dualidad que esta presente en todas las páginas de la obra.

He leído algunos comentarios en la red con los que no puedo estar más en desacuerdo: se ha comparado el libro con la trilogía Millenium por el trasfondo de violencia de género que destila e incluso he llegado a leer que 1Q84 es su libro más comercial. Para mí es una apuesta arriesgada que es posible que engañe durante los primeros cientos de sus setecientas páginas. Engaña en un principio, parece un libro más, pero poco a poco la realidad que nos dibuja Murakami se empieza a agrietar y la magia se hace con los acontecimientos para transformar la narración: la Little People, las dos lunas, los perceivers, los receivers, las mother, las daughter, la crisálida del aire y otros muchos elementos que no tenemos intención de destripar a los lectores. Lo que al principio pareciera una historia completamente realista de una asesina a sueldo y un escritor se empieza a transformar poco a poco en cuanto aparece la extraña Fukaeri y se empiezan a conocer detalles sobre la organización religiosa Vanguardia. Estas extrañas situaciones se suceden al mismo tiempo que aumenta la confusión de nuestros protagonistas, que vagarán sin rumbo por un mundo que creían conocer pero que se revela mucho más misterioso de lo que se podría llegar a pensar.

Me dejo muchísimas cosas en el tintero, pero, como habréis podido comprobar, es bastante complicado hablar de 1Q84 sin destripar los elementos importantes de la trama, algo que no tenemos intención de hacer aquí. Es una de esas historias que hay que disfrutar sabiendo lo menos posible, descubriendo cosas nuevas en cada página y dejándonos llevar por los sentimientos de los personajes que pueblan sus letras. Si algo se le puede achacar al libro es que no concluye. Los acontecimientos del final tienen la fuerza suficiente para cerrar un arco importante en la trama y en los personajes, pero sabemos que hay más y que tendremos que esperarnos para poder leer el desenlace. Posiblemente hasta finales de este año 2011. Los admiradores del escritor japonés y de la buena literatura están de enhorabuena. Murakami ha vuelto.