El dios de las pequeñas cosas

El dios de las pequeñas cosas, de Arundhati Roy

El dios de las pequeñas cosas

 

Hasta el momento, siempre que he elegido como lectura un libro premiado con el Booker, ha sido un acierto. Salman Rushdie, Aravind Adiga, Ian McEwan o J.M. Coetzee entre otros lo han obtenido. Unos con un amplio recorrido literario, otros con un extraordinario recorrido humano a sus espaldas. Y este es el caso de esta autora, una mujer comprometida socio-políticamente hablando que, en el año 2004, ganó el Premio Sídney de la Paz por su trabajo en campañas sociales y su apoyo al pacifismo.

El dios de las pequeñas cosas, un libro que, al parecer, es semi-auto-biográfico y en el que la autora, hija de de una madre cristiana Siria-ortodoxa y de un padre indú, nos traslada, tras cuatro años de duro trabajo para cerrar la historia, y a través de un narrador omnisciente, (en el que no creo que haga un gran esfuerzo por esconderse ella misma), al estado de Kerala, situado al sur de la India. Allí asienta a esta saga familiar a la que va desplazando, muy lentamente, del pasado al presente y del presente al pasado a través con una dolorida y dolorosa prosa poética que llena todo el ambiente.  Dolor.

Ella: Rahel y El: Estha, dos gemelos heterocigóticos nacidos en los años sesenta, de una madre sola y dolorida, que se vieron, por esas pequeñas cosas de la vida,  obligados a vivir más de veinte años separados. Separados y solos. Soledad indeseada y dolorosa. Dolor y Soledad.

Se me hacía extraño ese narrador del libro, y necesitaba que fuese Rahel quien me contara la historia; se me hacía extraño ese angustioso paisaje, y necesitaba que fuese Rahel quien me transportase hasta él; y ella, que sí podía, debía hacerlo; y ella, sola y dolorida, lo ha hecho. Y ella, ahora autora, ha logrado dejar a esta lectora sorprendida, dolorida y también sola, muy sola.

Este podría ser el final de la reseña de este estupendo libro. Pero por efecto de esas pequeñas cosas, casi nada es nunca lo que parece.

Hay historias que, aun no siendo novedosas, se pueden contar de una forma especial, donde podemos ver las pequeñas cosas, sentir los pequeños dolores, oler las terribles fragancias, sufrir las pequeñas indignidades.

Un libro lento, porque, como todos sabemos, el dolor y la soledad son lentos, la lucha por la libertad es lenta. Un beso robado a una madre es lento. Los golpes de un marido son lentos. Los golpes recibidos de un padre, mientras la madre mira desde una ventana, son eternos. Un abuso a un menor tras la barra de un bar…, es infinito. Esos pequeños momentos que van marcando la vida son muy lentos, y esa, es la sensación que nos transmite la autora. El Dolor Es Lento.

Otros momentos son rápidos, casi fugaces. El momento en que el amor vence al miedo, la libertad a la terrible opresión, los dulces sueños a la cruel realidad. Todos necesitamos aferrarnos a estas pequeñas cosas que apenas duran un suspiro en nuestras vidas. Luchas y Batallas Eternas, Victorias Pasajeras, Efímeras.

“El dios de las pequeñas cosas” había dispuesto que de “Sonrisas y lágrimas” tan solo verían las lágrimas. Lágrimas que ahogan. Lágrimas que silencian. Lágrimas que ciegan. Lágrimas que amargan. Lágrimas.

Y la muerte. La muerte de la pequeña niña inglesa Sophie Moll. La muerte que llega en un instante. Una muerte que arrastra un río de vidas. Y muchas de esas vidas ya hacía tiempo que flotaban río abajo. Así lo había dispuesto ya “El dios de las pequeñas cosas”.

Susana Hernández

19 comentarios en «El dios de las pequeñas cosas»

  1. Que reseña tan sentida y que invita a leer el libro detenidamente. Creo que los libros que trasladan el dolor y el sufrimiento de las personas se hacen doblemente cruentos para leer. Eso es, a mi entender, porque imaginar la crueldad invita a desafiar a nuestra imaginación y ver cuanto mal pueden pensar nuestras mentes.
    ¿Es muy loco lo que digo? Es que muchas veces la soledad y el dolor que imaginamos solo es una pequeña porción de la realidad. Tal vez el hecho de que no lleguemos a comprender el dolor completo sin vivirlo nos da esperanzas para continuar con nuestra vida y apostar a la felicidad.
    Perdón por la extensión de este comentario alocado.
    Un beso grande.

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  2. Para nada es alocado tu comentario Georgi!

    Todo lo contrario, dices: “muchas veces la soledad y el dolor que imaginamos solo es una pequeña porción de la realidad”. Yo creo que tienes toda la razón, y también creo que nuestro cerebro, y nuestra alma, estallarían en el caso de queres comprender y abarcar todo el sufrimiento y la soledad existente.

    Muchísimas gracias por compartir con todos esta gran refelxión.

    Un besico!

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  3. No es un libro para mi en estos momentos, pero lo apunto, para cuando mi tiempo, mi cabeza y sobre todo mi situación personal me permita embarcarme en libros de este calado, libros que trasmiten tanto que terminan dejando poso. Te ha quedado una reseña muy sentida, quizás de las más personalizadas que he leido, y puede que esa soledad y ese dolor que transmite y que te ha dejado como poso, sean los que sufren muchas personas en aquellas latitudes, donde la miseria es tan grande que acrecienta las pequeñas miserias humanas.

    besos

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  4. Leí este libro hace ya tiempo y me has hecho recordar tantas cosas tristes pero bonitas. ¡Cómo puede un libro hacerte sentir tanto! Es un libro, como tú dices, de lectura lenta, porque hace falta leerlo despacito para sentir ese dolor, esa soledad… Es un libro lleno de sentimientos, de sensaciones, tristes en su mayoría. Me ha encantado tu frase: “Lágrimas que ahogan. Lágrimas que silencian. Lágrimas que ciegan. Lágrimas que amargan. Lágrimas.” Una bella frase para definir la esencia de este libro.
    Besotes!!!

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  5. No Carmina, no es un libro para andarse con prisas, requiere una lectura lenta y atenta. Así que termina con lo tuyo, pornte a tope y cuando seas la mujer más feliz del mundo, baja de nuevo a la tierra con este libro.

    Llegarán tiempos mejores, no lo dudes.

    Un fuerte besico!

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  6. Sé, por tus comentarios, y por la poesía que veo en tu blog, que eres una mujer muy sensible, luego es lógico que sufrieras con este libro y que al mismo tiempo pudieras tener todos esos sentimientos, dolorosos sí, pero hermosos literarimente hablando.

    Un fuerte besico!

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  7. No lo había leído, pero sí me había fijado que era el que aparecía que te estabas leyendo. No tenía ni idea de quién era la escritora ni de qué podía ir, aunque ya tenía ganas de averiguarlo.
    Y es que este tipo de libros me hacen ser un poco impulsivas. Ya lo quiero.
    Sobre la escritora, con lo que cuentas, ya sé que me gusta, porque independientemente de la posible calidad literaria que pudiera tener, me apetece sentarme y dejarla hablar.
    Además ese tipo de lentitud, no me importa nada, jeje.
    Comparto contigo el entusiasmo con el premio Booker. Hasta ahora de los poquitos que he leído con ese premio, siempre me han supuesto una agradable descubrimiento.
    Así que querida, un besico por este descubrimiento, que ya lo llevo debajo del brazo 😀

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  8. Me ha encantado la reseña!!
    Si me invitaste a leer el libro? Pues claro…aunque con miedo a sufrirlo. Ya me sucedió con El cuaderno azul, sólo quería que la historia acabara.

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  9. Hay historias que por su dramatismo pareciera que se prestan a hacer mejor literatura, y este debe ser el caso de El dios de las pequeñas cosas. Yo no lo he leído pero sí me gustaría mucho hacerlo.
    Muchas gracias.
    Un saludo.

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  10. Intuía que te interesaría este libro. En cuanto a la calidad literaria, no desmerece nada y la traducción, para mí, ha sido perfecta, pues conserva el vocabulario que el libro precisa. ¿¿¿ Has leído “Los versos satánicos” de Salman Rushdie??? yo hace años … Pero no termino de atreverme a reseñarlo (Así de claro te lo digo).

    El dios de las pequeñas cosas me lo regaló una componente de mi club de lectura, llevamos dos años hablando de libros en el grupo y sopongo que nos vamos conociendo más y mejor.

    Un besico, querida!!!!!

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  11. “Un libro lento, porque, como todos sabemos, el dolor y la soledad son lentos” Excelente frase.

    Como tu reseña; el libro debe ser fuerte de leer, pero vale la pena.

    Saludos!

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  12. Susana:
    lo dejo para cuando tenga tiempo de leer poniendo toda mi atención en el libro…últimamente tengo que estar con un ojo en el gato y otro en el garabato con tantos pendientes que tengo encima…pero todo se andará. Por lo pronto me lo apunto y anoto a un lado “Lágrimas”
    un beso,
    Ale.

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  13. Querida Ale!

    Yo lo defino como un libro lento y triste, pero es que este libro no podría ser de otra manera. Sí, creo que debes guardarlo para cuando tengas algo más de tiempo pero no te olvides de él, agradecerás su lectura cuando tengas ganas de leer no sólo una muy buena historia, también palabras hermosas que duelen.

    Un besico!

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  14. No me ha gustado nada la novela. Esa historia se puede contar en solo 200 páginas. Abusa de los cambios temporales, la mayoría de ellos inconexos y sin sentido. La prosa parece estar escrita en modo de piloto automático, metáforas y similes absurdos, algunas veces ridículos.
    Y no se puede terminar una novela como si fuera del género rosa…
    Desaconsejo su lectura. He estado muchas veces tentado de abandonarla…

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  15. Es lo que tiene la literatura, puede algo ser perfecto para unos e insufrible para otros. Yo nunca me atrevo a desaconsejar un libro pues puedo estar haciendo que alguien consiga sacar al libro mucho más fundamento que yo. Un saludo y gracias por tu comentario

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