“He descubierto algo enorme: que soy capaz de escribir un libro”
Vicente Gramaje (Valencia, 1961), autor de “Cuando leas esta carta”, nos ha concedido una entrevista en la que se revela como un autor ilusionado por su recién descubierta vocación de escritor. Además de eso, es una gozada conversar con un hombre que se muestra muy afable y que habla con modestia de su logro: ganar el Premio Círculo de Lectores con su primera novela -en principio, pensada como regalo a su familia- y encandilar a miles de lectores.
Tu novela me ha parecido preciosa.
Gracias. Sí, es una historia muy bonita y ha gustado mucho. Recientemente la he vuelto a leer, y he encontrado cosas que, quizá, ahora escribiría de otra manera. En fin, supongo que son las dudas normales que le surgen a cualquier autor después de haber escrito un libro.
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¿Qué cosas son ésas?
Bien, he leído muchas críticas literarias de mi libro; la mayoría, muy bonitas. Pero en muchas, dicen algo que yo ya pensaba que dirían: que es un libro escrito de forma sencilla, con un lenguaje nada rebuscado y que entra a la primera, directamente, y despierta emociones. Y ahora, leyendo algunos párrafos, algunas descripciones, pienso que habría podido hacerlo de forma más elegante.
Por otra parte, tengo que admitir que sigo colgado de algunos personajes: del capitán Gimeno y de Santos. El capitán Gimeno es el hilo conductor, pero Santos es un personaje que aparece de forma muy breve; sin embargo, me parece que tiene una fuerza tremenda, tiene algo especial.
Muchos escritores dicen que crean unos personajes y que, luego, éstos cobran vida propia. ¿Te ha pasado a ti?
Exactamente. Iba desarrollando la trama, planificando qué personajes tenían que aparecer en cada capítulo; me metía en la escena y me preguntaba, ¿cómo me gustaría que fuera? Pero luego, los personajes decían cosas y yo me limitaba a transcribirlo. Claudia, por ejemplo, es un personaje con un rol determinado, pero lo fui improvisando a cada capítulo. Antes de empezar el capítulo, decidía que tenía que contener algo especial, y montaba el capítulo alrededor de los personajes. Los planteaba como cuentos, de forma que cada capítulo contara algo, tuviera algo para el lector. A partir de ahí, los personajes han ido creciendo como ellos han querido. Si es cierto que los personajes acompañan al autor durante años, de momento, Santos es el que más me acompaña.
Eres médico rural en Godelleta. ¿Cómo llevas la fama?
No es fama, no he vendido 600.000 ejemplares (ríe). Lo que ha sucedido es el reflejo de la relevancia que le quiere dar la editorial Destino, el arranque de promoción de la editorial. Soy consciente de que todo esto son fuegos artificiales. Lo he disfrutado, por supuesto; he podido hacer cosas que nunca antes había hecho, y me he reído mucho con mi familia y amigos, al verme y escucharme en entrevistas y demás, porque al principio hace mucha gracia. Luego, ya cansa un poco; y, al final, ha surgido un poco de indiferencia sana, una distancia.
Así que tu vida sigue igual que antes…
Sí, sigo ejerciendo de médico rural, exactamente como antes. Eso sí, he descubierto una faceta nueva de mí: he descubierto que soy capaz de escribir un libro. Hay dos personas cercanas a mí que habían escrito un libro, y yo me decía, ¿Por qué no voy a poder hacerlo yo? Así que me he descubierto algo enorme dentro de mí, y quiero volver a escribir.
He leído por ahí que ya tienes alguna idea…
Sí, las tengo. Pero, para ponerme a escribir, tiene que salirme del corazón. Y es que yo me he emocionado mucho escribiendo “Cuando leas esta carta”; en determinados pasajes, sobre todo al escribir el final, ya me picaban las mejillas, lloraba. Y creo que eso se nota al leerlo. La cabeza es la que piensa, pero, en mi caso, tiene que haber una arrancada que viene del corazón.
¿Volveremos a saber de Víctor, el protagonista?
No. Un libro es una flecha; el autor es el artesano; el arco, la editorial; y los arqueros son los que trabajan en la editorial. Una vez lanzado, el libro llega adonde tiene que llegar. Sé que, si escribiera una segunda parte de “Cuando leas esta carta”, la leería mucha gente, pero no me gustaría repetirme. Sería demasiado fácil escribir sobre el mismo tema, y mi reto es escribir sobre temas diferentes.
¿Prefieres escribir sobre lo imaginado o sobre temas reales, históricos?
Sobre temas históricos, con diferencia. La historia es una fuente inagotable de historias, anécdotas… Así que las ideas que tengo ahora en la cabeza son todas sobre temas históricos.
El tema sobre el que has basado “Cuando leas esta carta”, el desastre de Annual, es algo de lo que no se habla hoy día, a pesar de que murieron al menos 10.000 soldados españoles…
Sí. El interés surgió ya en 2009, año en el que leí un libro que compré en Madrid y que trataba sobre el desastre de Annual. Si en Estados Unidos tuvieran una historia así, harían un peliculón que dejaría corto a “Salvar al soldado Ryan”. Es cierto que no se habla sobre el tema, pasa desapercibido para nuestra memoria colectiva. Una de las razones puede ser que no nos caemos bien a nosotros mismos por nuestra actuación en Marruecos en aquella época; no nos sentimos bien por lo que hicimos. En ese caso, éramos Goliat, y al final, perdimos.
Vale, ahora unas preguntas tipo cuestionario… ¿Tienes un lugar especial en casa para escribir? Y ¿qué momento del día prefieres para escribir?
Este libro lo escribí en la cocina. No tenemos un estudio propiamente dicho, así que la cocina hace las veces de office, sala de estar… Y me sentaba a escribir cuando todos los demás de casa se habían ido de allí, es decir, a última hora de la tarde, a partir de las 11…
¿En el ordenador, a lápiz y papel…?
Suelo decir que hay tantos libros porque el programa Word hace milagros (ríe). Escribo en un e-book que me regalaron por el Día del Padre. Escribir es igual que hacer surf: se trata de ir al mar y pillar la ola. Otra cosa es que no venga la ola de la inspiración; para eso, no hay hora. Cuando llega la inspiración y no puedo ponerme a escribir, puedo guardarla en la cabeza para escribir más tarde.
¿Qué estás leyendo ahora?
Ayer (por el miércoles) acabé de leer “El lector de Julio Verne”, de Almudena Grandes. Es un libro interesante. Habla de la posguerra; la Guerra civil española es otro tema que me interesa mucho.
He leído que eres un amante de los viajes…
Sí, pero no soy un gran viajero; he hecho pocos viajes pero, eso sí, los que he hecho han sido estupendos: he estado en Egipto, en India, en Holanda…
¿Y en Marruecos?
No, en Marruecos todavía no. Mi mujer, Alicia, sí que ha estado, y se sorprendió: me preguntaba que cómo lo describía tan bien en el libro, sin haber estado nunca. Y lo hacía con mi imaginación; cosas que había leído, opiniones de viajeros… lo juntas todo, y sale. Es muy importante dejarse llevar.
Como lector, ¿prefieres los finales felices o los, digamos, realistas?
Me gustan los que son coherentes con la trama. Para gustarme, un libro tiene que acabar de una forma que esté de acuerdo con los sentimientos que me ha generado: emoción, tristeza… los que sean.
Hablando de finales, al final de “Cuando leas esta carta” explicas que parte de la historia del capitán Gimeno está basada en una historia real…
Sí, está inspirada en un oficial que existió en realidad. Un día, después de haberse publicado la novela, recibí un correo de un familiar de esta persona. Había leído el libro y, atando cabos, se había dado cuenta de que hablaba de su familiar. En el correo me daba las gracias por ese pequeño homenaje. Fue una experiencia muy bonita.
Hasta aquí llega nuestra entrevista. Gracias, Vicente, por tu amabilidad, y seguro que mucha gente se alegrará si sigues escribiendo y publicando.
Buenísima entrevista! Gracias por acercarme un poquito más a este autor con el que estoy deseando estrenarme, que tengo su libro en mi lista de pendientes apuntado.
Besotes!!!
Me ha gustado conocer al autor, un hombre que nos ha recordado lo importante y básica que es la lectura para avivar la fantasía y la creatividad.
Un abrazo!