Un trabajo muy sucio, de Christopher Moore
Pese a que el humor es lo que domina todo el libro, Moore se atreve en esta ocasión a profundizar algo más en la historia del protagonista y a presentarnos una historia más “humana”, en la que el dolor del protagonista por la muerte de su mujer, los problemas de un padre viudo o la necesidad de encontrar el modo de superar la muerte de un ser querido se combinan con el humor ácido e irónico que tanto le gusta al autor. Por otra parte no podían faltar las referencias a los mitos de la literatura de terror.
Los libros de Moore tienen ya un sello reconocible por sus seguidores, por una parte la mezcla del humor y las criaturas sobrenaturales. Vampiros, zombis o la propia muerte son protagonistas habituales de sus novelas, y las parodias a la literatura de terror suelen ser constantes, siguiendo el estilo de lo que hizó Terry Pratchett en su saga Mundodisco con la literatura fantástica. El propio Pratchett, junto a Jonathan Swift o Mark Haddon es uno de los autores con los que se ha comparado a Moore.
Por otra parte los personajes secundarios suelen ser bastante absurdos y extremos, y en muchos momentos de sus novelas se convierten en las verdaderas estrellas del show robando la atención y las preferencias del lector sobre los supuestos protagonistas. Merecen una atención especial en este libro las vecinas de Charlie (la señora Korjev y la señora Ling) y sus empleados Ray y Lily.
La otra característica habitual que forma parte del sello Moore es el modo de cruzar sus novelas con algunos secundarios habituales como El Emperador y los detectives Rivera y Cavuto, o los cameos que se producen con personajes del resto de sus historias. Es especialmente curiosa la conexión de este libro con “Chúpate Esta”, con un personaje común como Abby Normal e incluyendo la aparición de su protagonista Jody, en una escena que podemos leer desde los distintos puntos de vista de los dos protagonistas en ambos libros.
En definitiva nos encontramos con un libro que nos ofrece una historia divertida, pero también tierna, que nos puede hacer reflexionar sobre la vida y la muerte y con la que pasamos de los momentos más conmovedores a la risa descontrolada en cuestión de pocas líneas en un mismo capítulo. Pese a la que nos está cayendo, o precisamente por ello, alguien tiene que ocuparse de que sigamos siendo felices y nos riamos, mi recomendación para el puesto es Christopher Moore. Es un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo.
Me gustó el párrafo final de tu reseña, engancha y juegas bien con el título del libro; la novela no me atrapa, pero hablando de libros uno nunca sabe, siempre puede caer en mis manos y que cometa el bendito error de leer el primer capítulo para luego no dejarlo; te mando un saludo grande, gracias por la recomendación!